ESPERANZA PARA EL FUTURO

Es difícil tener esperanza para el futuro cuando no vemos ninguna vislumbre de un mañana mejor. Pero ¿qué tiene Dios para decirnos al respecto?  

“Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11). ¡Esta porción de su Palabra si es esperanzadora!

Ahora bien, cuando vemos al mundo sumido en una crisis global que está afectando la vida de todos de alguna manera u otra, es fácil perder la esperanza. Algunos han perdido seres amados, otros sufrieron pérdidas materiales, otros se han visto afectados en su salud e incluso en su vida familiar, matrimonial e incluso personal, y aun otros están siendo víctimas de guerras sinsentido.

Sin embargo, sea lo que sea que estemos experimentando, las pruebas que enfrentamos y “superamos” cuentan la historia de quiénes somos en verdad. 

Si bien el apóstol Pablo no enfrentó una crisis global como se conoce en nuestros días, se presentaba con una descripción de todas las pruebas que había enfrentado y “superado”. Su carta de presentación es la siguiente:

 ¿Son servidores de Cristo? ¡Qué locura! Yo lo soy más que ellos. He trabajado más arduamente, he sido encarcelado más veces, he recibido los azotes más severos, he estado en peligro de muerte repetidas veces.  Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes.  Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche como náufrago en alta mar.  Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos.  He pasado muchos trabajos y fatigas, y muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed, y muchas veces me he quedado en ayunas; he sufrido frío y desnudez” (2 Corintios 11:23-27).

Este hombre de Dios experimentó todo tipo de adversidades, y aún así se mantuvo firme y fiel al Señor. Su fe le permitió resistir y superar cada una de sus pruebas. No importa cómo haya sido este año para ti, ¡no te rindas! Sigue adelante. Dios tiene un propósito para tu vida más allá de las dificultades que enfrentas. Si estás atravesando problemas matrimoniales, ¡no te rindas! Muchas veces lo más fácil es recurrir a la separación y el divorcio como primera medida, pero el Señor te llama a luchar con todas tus fuerzas para defender tu matrimonio y la familia que has formado. El mundo está lleno de matrimonios y hogares fracasados, que no han buscado a Dios y no han dado lugar a su obra de restauración.

Hoy más que nunca, el mundo necesita ver ejemplos de matrimonios que siguen fieles a pesar de las pruebas, y que son un reflejo del diseño divino para el matrimonio y la familia. Tiempos de adversidad nos llegan a todos. La clave para perseverar y no rendirnos es tener determinación y fe en Dios. Por eso te animamos, en este nuevo año, a no rendirte ni bajar los brazos. ¡Pelea tu batalla en oración! Dios no está limitado por ninguna crisis global ni situación adversa. Él es Todopoderoso. Su Nombre es sobre todo nombre, aunque se llame escasez, enfermedad, conflictos matrimoniales, guerras, etc. Pon tu fe en Dios y tendrás la victoria, porque Dios es “galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

 Ritchie y Rosa Pugliese


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