LAS TORMENTAS DE LA VIDA

Las tormentas de la vida son inevitables. Las calamidades vienen, aunque no las invitemos. Y el matrimonio no está exento de enfrentarlas. Por lo tanto, la clave es estar preparados para enfrentarlas con éxito.

Sea cual sea la situación personal que estés atravesando o los problemas que nos afectan a todos en este mundo pospandemia, como falta de trabajo, dificultades financieras, escasez, inflación, pérdidas, depresión, etc., la Palabra de Dios nos exhorta en Mateo 7:24-27:

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”.

El pasaje nos muestra que un hombre prudente edificó una casa [vida personal o matrimonial] sobre la roca [Cristo], que representa un fundamento firme y seguro. Y otro hombre insensato construyó su casa sobre la arena, que representa un fundamento débil e inestable. Obviamente, cuando llegó la “tormenta”, solo la casa construida sobre la roca permaneció firme.

¿Qué podemos aprender de este pasaje para enfrentar y superar las tormentas de la vida?

• Las tormentas de la vida son inevitables. Tarde o temprano, les sucede a todos, sean ricos o pobres, con mucha o poca educación, empresarios o simples trabajadores.

• Las tormentas son destructivas. La felicidad personal o matrimonial tiene un enemigo, el diablo, que usa las adversidades para abortar el propósito de Dios.

• La casa que permanece firme es la que está fundada sobre la roca. Puesto que la roca es una figura de Jesucristo, los matrimonios que superan las tormentas de la vida son aquellos que están fundados sobre los principios de la Palabra de Dios.

• El constructor de la casa, en el contexto del matrimonio, es el marido y su mujer. Si ambos viven conforme a los principios bíblicos y tienen a Jesús como el Señor de sus vidas, tienen todas las posibilidades de permanecer firmes. Las tormentas de la vida nos dan la oportunidad de saber si hemos construido nuestro matrimonio sobre un fundamento seguro.

• La roca, Jesucristo, es la única garantía de permanecer firmes ante las tormentas de la vida. Por el contrario, la arena, que representa cosas como el standard económico, las posesiones, el éxito laboral, etcétera, si bien no tienen nada de malo en sí, no son firmes para resistir el embate de los vientos destructores.

PASOS PRÁCTICOS PARA ENFRENTAR LAS TORMENTAS DE LA VIDA MATRIMONIAL:

• Las tormentas son comunes a todos. Ármate de este pensamiento. El camino hacia un matrimonio feliz y duradero no está libre de obstáculos.

• La existencia de tormentas no implica la destrucción indefectible de la “casa” [la relación matrimonial].

• Con la ayuda de Jesucristo y los principios de la Palabra de Dios se pueden superar todas las tormentas de la vida matrimonial.

• Decide no atravesar solo/a las tormentas. Busca ayuda espiritual de aquellos líderes que tengan matrimonios sólidos y estables. Si no asistes a una iglesia cristiana bíblica, busca una comunidad cristiana que te ayude y ore por ti para que puedas superar en victoria las tormentas.

• Acude a Dios en oración por tu matrimonio y decide (si puedes hacerlo con tu cónyuge mejor) vivir conforme a los principios de su Palabra para poder superar juntos cada tormenta que se presente en el camino. Todo matrimonio feliz y duradero tiene en su historial, muchos episodios de tormentas superadas.

Muchos nos escriben desesperados por la dura realidad de su vida matrimonial. Sin embargo, nuestra oración es que tu fe y confianza en Dios sea mayor que la realidad de las tormentas que estás enfrentando.

Que tu vida y matrimonio se encuentren en la lista de aquellos que cuando “descendió lluvia… vinieron ríos… soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa… no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7:25).

Ritchie y Rosa Pugliese

 

 

 


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