LOS PILARES ESENCIALES DEL HOGAR

Los pilares esenciales del hogar: El ritmo vertiginoso y preocupante de la vida muchas veces nos hace perder de vista las cosas realmente esenciales. En este mundo donde predomina el materialismo, la lucha de poderes, las guerras, los conflictos internacionales, la inflación, el consumismo, la competencia en todo sentido y más, no es fácil estar correctamente centrado en los pilares esenciales de un hogar feliz.

La mayoría de las personas se esfuerza noche y día por el sueño de tener una casa propia. Pero una cosa es tener una vivienda hecha de ladrillos, madera o cualquier otro material, y otra muy diferente es levantar un hogar con los valores y principios que constituyen los pilares esenciales de la verdadera felicidad.

Un hogar feliz no está condicionado a los lujos o las comodidades de una casa, sino al clima o atmósfera que se respira dentro de él. Y el clima del hogar depende de la relación individual que cada cónyuge tiene con Dios.

El profeta Jeremías dijo: “¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde…! Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón” (Jeremías 22:13-14). Todas las comodidades de una casa carecen de valor cuando no se respira un clima de paz y armonía entre sus integrantes.

Un hogar feliz es aquel donde no predominan los conflictos, las discordias y las discusiones, sino donde existe una relación de pacto, amor y fidelidad entre los cónyuges. Los pilares esencial del hogar es la fe en Cristo, la comunión íntima con el Espíritu Santo y la firme decisión de fundar nuestro hogar sobre los principios de la Palabra de Dios.

El mismo Jesús se refirió a los dos cimientos de una casa en Mateo 7:24-28: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina…”.

¿Cuáles son los pilares de tu hogar?

Ritchie y Rosa Pugliese


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