BALANCE DE FIN DE AÑO

Llega otro fin de año, y el balance de este 2021 deja a la gran mayoría con un saldo negativo en el que la pandemia ha sido un factor determinante que, en el mejor de los casos, ha debilitado el bienestar físico y emocional de muchos y, en el peor de los casos, ha diezmado la vida de muchas familias que han perdido seres amados y hoy sienten su ausencia.

Es muy difícil este fin de año no considerar las pérdidas, los momentos difíciles, lo que nos falta… en fin, todo lo que nos ha robado esta pandemia. Sin embargo, también deberíamos dar gracias por las bendiciones de Dios en nuestra vida. No importa como haya sido nuestro año, la Palabra de Dios nos anima a estar siempre gozosos, orar sin cesar y dar gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para los que estamos en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 5:16-18).

Quizás pienses ¿Cómo puedo “dar gracias en todo” cuando estoy pasando por momentos tan difíciles y dolorosos? Todos enfrentamos aflicción, dolor y pruebas en esta vida. Todos perdemos la esperanza de que las cosas mejores alguna vez. Las pruebas son parte de un maravilloso proceso de santificación, en el cual Dios nos forma y nos invita a confiar y creer que Él puede usar todas las cosas para bien (Romanos 8:28). 

En 2 Corintios 11:24–27, el apóstol Pablo nos da el ejemplo más increíble de obediencia al mandato de “dar gracias en todo” a pesar de lo que había sufrido (al ser azotado, apedreado, en naufragio, en peligros de ríos, de ladrones, de sus compatriotas, en la ciudad, en el desierto, en el mar, entre falsos hermanos, por mucho trabajo y cansancio, hambre y sed, frío y desnudez). Pablo pudo dar gracias a pesar de todo eso, porque descubrió que el secreto para levantarse y seguir adelante es un corazón agradecido a Dios y en sujeción a su designio divino.

Este fin de año te animamos a entregar el dolor de la pérdida a Dios y dar gracias por sus bendiciones. Medita en tu vida y encontrarás motivos para dar gracias. ¿Tienes problemas de salud? Agradece a Dios porque Él es tu sanador. ¿Tienes problemas financieros? Agradece a Dios porque Él es tu proveedor. ¿Tienes problemas con tus hijos? Agradece a Dios por la vida de tus hijos… muchos desearían tenerlos. ¿Tienes problemas matrimoniales? Da gracias por la vida de tu cónyuge, porque Dios puede restaurar tu vida matrimonial. No todo está perdido con el Señor. Él siempre tiene la última palabra.

Haz la prueba y verás que la gratitud traerá a tu corazón la misma convicción que tuvo Pablo al declarar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13), y abrirá la puerta a más bendiciones en el próximo año.

Dios te bendiga.

Ritchie y Rosa Pugliese


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